La técnica del ‘contouring’ permite esculpir el rostro mediante un juego de luces y sombras. Un buen contorneado puede hacer que una cara ancha parezca más fina y que los pómulos se vean más prominente.
El tono más oscuro debe utilizarse en las partes más hundidas del rostro (parte baja del pómulo, sienes, lados de la nariz, línea de la mandíbula…) mientras que el luminoso se reserva para las zonas que sobresalen (puente de la nariz, hueso del pómulo, centro de la frente, hueso de la ceja…)
Productos para el contouring
Base de maquillaje.
Paleta de correctores en crema de diferentes tonalidades oscuras y claras.
Colorete.
Polvos traslúcidos para fijar el maquillaje.
¿Cómo se realiza el contouring?
Aplica un primer o prebase para que la piel quede aterciopelada y el maquillaje se fije mejor. Luego, aplica tu base de maquillaje habitual (que sea del mismo tono que tu piel) para unificar el tono y crear el lienzo perfecto.
Utiliza corrector donde sea necesario.
Es muy importante tener siempre presente esta regla: los colores claros destacan y los oscuros hunden.
Con una brocha grande, aplica el TONO OSCURO justo debajo de los pómulos hacia la zona de la oreja, en el contorno de la mandíbula, en la parte alta de la frente (justo donde empieza el cabello) y en la sien.
Utiliza una más fina para remarcar los laterales de la nariz (si la tienes demasiado larga, aplica un poco por debajo de la punta de la nariz) y el párpado móvil.
Ahora le toca el turno al TONO CLARO: aplícalo en el centro de la frente, en el tabique de la nariz, encima de los pómulos, en el arco de la ceja, encima del labio superior, en la barbilla, en la zona que ha quedado sin maquillar entre el pómulo y la mandíbula, debajo del lagrimal, el surco nasogeniano.
Seguidamente, utiliza un colorete rosado para dar un poco de rubor a las mejillas.
Difumina: ¡el paso final! El truco es dedicar unos minutos a difuminar cuidadosamente cualquier trazo.
Ahora ya tienes un contouring espectacular, como toque final sella el maquillaje aplicando un poco de polvos traslúcidos
Trucos según la forma de tu rostro
- Alargado: Para acortar ópticamente el rostro aplica el polvo oscuro en el nacimiento del pelo y la mitad inferior de la barbilla. A continuación, marca el pómulo en horizontal de mitad de la mejilla hacia las orejas. Fomenta el efecto, iluminando el entrecejo y la parte alta del hueso del pómulo en paralelo a la línea horizontal que hemos creado contorneando.
- Redondo: El objetivo es crear ángulos y adelgazar el rostro. Para ello aplicamos el polvo oscuro sobre las sienes para alargar la frente. Seguidamente afinaremos las mejillas aplicando el mismo polvo de mitad de mejilla hacia las sienes, siempre de modo ascendente. Con el polvo iluminador destacaremos la parte alta del hueso del pómulo en paralelo a la línea de contorno antes creada; y haremos un trazo vertical sobre el caballete de la nariz para alargar el rostro.
- Cuadrado: El objetivo es suavizar los contornos. Para ello esculpe a ambos lados de la frente hacia las sientes e ilumina el centro de la frente para llevar la atención a esa zona del rostro. Después aplica un toque de polvo oscuro sobre el hueso de la mandíbula para hacerla más ovalada e ilumina la parte alta del pómulo para que se vea más prominente que la mandíbula.